E-Book, Spanisch, 160 Seiten
Reihe: Concilium
Abraham / Babic / Courau Religiones y populismos
1. Auflage 2019
ISBN: 978-84-9073-501-5
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Concilium 380
E-Book, Spanisch, 160 Seiten
Reihe: Concilium
ISBN: 978-84-9073-501-5
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
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Mile Babic *
POPULISMO Y RELIGIÓN EN BOSNIA Y HERZEGOVINA
Con toda claridad, puede decirse que el populismo es inherente a la democracia representativa, entre otras razones porque los populistas no se oponen a la representación política. Los populistas se oponen al pluralismo, a la libertad de pensamiento y a la lógica propia de la racionalidad humana, prefiriendo argumentos que son ad hominem o ad populum. La respuesta teológica al populismo consiste en acentuar que no hay sufrimiento en el mundo que no nos concierna. El respeto al sufrimiento de los demás es una exigencia previa de la cultura. Expresar este respeto es una condición indispensable para buscar la verdad que nos hará libres. El populismo está hoy presente en toda la Unión Europea y en toda Europa, y en ninguna parte más que en Bosnia y Herzegovina. Presente como forma de pensar, de hablar y de actuar, y presente como estilo de comunicación, en la política, por supuesto, pero también en la vida cotidiana. Se podría decir que está presente como ideología y como meta-ideología. Los partidos populistas atraen a un número cada vez mayor de seguidores, mientras que los políticos de todas las tendencias despliegan formas de pensamiento populista, al menos a veces. En consecuencia, el populismo es ahora la mayor amenaza para la democracia en Europa. En este artículo, me gustaría presentar, en primer lugar, el significado del populismo. Después quiero mostrar hasta qué punto el populismo estaba presente en los antiguos países socialistas, señalando sus raíces más profundas, su presencia en la Edad Media con otro nombre, el miedo como base y la respuesta democrática y teológica pertinente a este fenómeno. ¿Qué es el populismo?
Jan-Werner Müller, politólogo alemán y profesor en Princeton, enumera en primer lugar y describe a continuación las características principales del populismo en su libro ¿Qué es el populismo? Según Müller, para que un político sea considerado populista debe ser crítico con las élites, pero esto no es suficiente. Los populistas están en contra de las élites, pero también están en contra de la pluralidad, afirmando que ellos y solo ellos representan al pueblo. Afirman que quienes no piensan como ellos son miembros corruptos e inmorales de la élite (la élite es por definición inmoral y corrupta). Una vez alcanzado el poder, piensa que la oposición es ilegítima. A las objeciones basadas en estudios empíricos y racionales que demuestran que el 100 % de la población no los respaldan, responden insistiendo en que solo ellos son moralmente íntegros y que solo ellos representan al pueblo en su conjunto1. El populismo es una forma de política identitaria, según Müller, que da por sentado que solo los populistas pueden determinar qué constituye la identidad del pueblo. En el caso de Bosnia y Herzegovina, lo anterior implica que solo los populistas pueden decir quién es o no un verdadero bosnio, croata o serbio. Los populistas afirman que el pueblo que solo ellos representan es una totalidad homogénea, más bien que una comunidad de individuos libres y responsables. Los populistas no reconocen la pluralidad: un pueblo, un pensamiento. Una vez en el poder, hacen todo lo posible por subordinar el Estado y sus instituciones a sus propios intereses, y, de este modo, propagar la corrupción y el clientelismo. A sus clientes y compinches les dan rienda suelta, tendiendo así a suprimir la sociedad civil, pues no pueden tolerar la opinión alternativa. Justifican la supresión de la libertad de pensamiento arguyendo que solo ellos representan al pueblo. Quienes los siguen los justifican y los defienden si son sorprendidos en actividades de corrupción porque lo hacen a favor del pueblo real. Los populistas están dispuestos a cambiar la Constitución si es necesario para erradicar el desarrollo del pluralismo2. Berto Šalaj, politólogo croata, define el populismo como una meta-ideología política con dos características esenciales: la divinización o deificación del pueblo, y, por tanto, la valoración positiva de un pueblo unido y homogéneo, y el antielitismo. Sitúa el populismo entre los sistemas, de valores sociales, pluralistas, por un lado, y los sistemas monistas (como el fascismo, el comunismo y el fundamentalismo religioso), por otro. En el libro Dobar, loš ili zao? Populizam u Hrvatskoj, él y Marijana Grbeša muestran que los orígenes del populismo se encuentran en la misma democracia representativa3, una posición con la que está de acuerdo también Müller, considerándolo, por tanto, como una forma corrompida de democracia. Los populistas insisten solamente en que son los únicos representantes legítimos del pueblo. En una recensión crítica de un libro colectivo titulado Kršcanstvo i populizam. Jasne fronte?, Axel Bernd Kunze resalta que el populismo debe entenderse como una estrategia de debate que está estructuralmente cerrada a opiniones alternativas4. Por expresarlo más claramente, podríamos decir que los populistas adoptan las formas y los procedimientos democráticos y los llenan de contenido antidemocrático. El populismo en los países exsocialistas
Cuando su libro apareció en Belgrado en 2017, Müller participó en un debate público con la historiadora Dubravka Stojanovic y la socióloga Vesna Pešic. Los tres participantes coincidieron en que la característica principal del populismo es el antipluralismo. Los populistas no pueden entender que alguien piense de forma diferente y consideran a quienes lo hacen unos traidores, pagados por potencias extranjeras, despiadados y corruptos. Aludiendo a la próxima publicación de su libro Populism the Serbian way, Dubravka Stojanovic comentó que populismo había existido en Serbia desde los tiempos de Svetozar Markovic (1846-1875), el influyente pensador socialista serbio que representaba la forma (izquierdista e inspirada en Rusia) Narodnjak del populismo, y creía que el principado de Serbia sería capaz que saltarse varias etapas de desarrollo histórico y pasar directamente de las formas precapitalistas a la forma socialista de la sociedad sin necesidad de pasar por el capitalismo. El populismo nacionalista serbio fue desarrollado por Nikola Pašic (1845-1926), el fundador y líder del Partido Radical Popular (Narodna radikalna stranka), por el obispo ortodoxo serbio Nikolaj Velimirovic (1881-1956), que era teólogo e ideólogo nacionalsocialista, por Dimitrije Ljotic (1891-1945), político serbio y colaboracionista nazi, y por Milan Nedic (1876-1946), el líder del gobierno títere en Serbia bajo el III Reich en la II Guerra Mundial. La autogestión socialista en la anterior Yugoslavia, bajo Josip Broz Tito (1892-1980), que fue presidente del Estado con un mandato ilimitado (es decir, de por vida), fue un ejemplo típico del populismo de izquierdas. El prof. Stojanovic ha mostrado claramente cómo el populismo de derechas y de izquierdas apelan al pueblo afirmando que tienen el apoyo del 100 % de la población o incluso del 104 %, como dijo Slobodan Miloševic (1941-2006), primer presidente de Serbia y posteriormente de la República de Yugoslavia, e inculpado por crímenes de guerra por el Tribunal de La Haya. En la política populista, el partido gobernante es igual al pueblo y el pueblo es igual el líder, de tal modo que el Estado es igual al partido gobernante, y este es igual al líder. Como decía una consigna serbocroata de la era socialista: Mi smo Titovi, Tito je naš («Nosotros somos de Tito, y Tito es nuestro»). El líder de los radicales serbios, Nikola Pašic, ya había hecho anteriormente una afirmación similar. En todo caso, comenta Stojanovic, el populismo, de izquierdas o de derechas, conduce al país a una espiral de violencia en la que quienes piensan de forma diferente son perseguidos y asesinados. La socióloga Vesna Pešic puso de relieve que el populismo es una negación de la democracia en la que encontramos el máximo desarrollo posible del clientelismo, puesto que el individuo depende del partido populista para progresar. Aun cuando los populistas hablan en contra de las élites, de la corrupción, del capitalismo, etc., en realidad se comportan, según la socióloga, como los abanderados de formas autoritarias de pensamiento y de acción, no de la libertad, como a menudo se presentan. Muestra que el movimiento comunista, cuyos líderes apelaban a los trabajadores (populismo de clase), y el movimiento nacionalista, cuyos líderes apelan al pueblo serbio (populismo nacionalista), son claramente dos formas del sistema populista. En el socialismo, el pueblo verdadero o real era la clase trabajadora, en el nacionalismo es el pueblo serbio. Los dos populismos acabaron provocando violencia y guerras con los pueblos y los Estados cercanos5. Merece la pena recordar que todas las características del populismo encontradas en Serbia y mencionadas por Stojanovic y Pešic están también presentes, mutatis mutandis, en otros países que surgieron después de la desintegración de Yugoslavia y, ciertamente, en todos los países exsocialistas. Es evidente que el antipluralismo (que rechaza opiniones alternativas como inmorales y corruptas) que apela a la nación como una totalidad homogénea más que como una comunidad de individuos libres y responsable, conduce directamente al odio del...