E-Book, Spanisch, 128 Seiten
Reihe: Pensamiento Herder
Derrida / Gérard Pensar es decir no
1. Auflage 2024
ISBN: 978-84-254-5003-7
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, 128 Seiten
Reihe: Pensamiento Herder
ISBN: 978-84-254-5003-7
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Durante el año académico 1960-1961, Jacques Derrida, entonces asistente de filosofía general y lógica en La Sorbona, lleva a cabo una lectura de la frase de Alain: «Pensar es decir no». Este curso magistral de cuatro sesiones muestra ya los signos de la escritura deconstructiva que estaría por venir. En él, Derrida desmonta qué queremos decir cuando decimos «sí» o «no», además de formular y plantear por primera vez el binomio «sí no», elemento básico y originario del acto de pensar. Frente a este texto, se tiene la impresión de estar ante cuestiones fundamentales del pensamiento de Derrida, que aún hoy conservan su relevancia en una época en la que a menudo resulta difícil distinguir entre pensamiento y creencia. Redactado a mano por Derrida durante la guerra de independencia de Argelia, y hasta ahora inédito, Pensar es decir no es el texto más antiguo del corpus derridiano que ve la luz gracias a una importante labor editorial.
Jacques Derrida (Argelia, 1930 - Francia, 2004) es uno de los principales pensadores de la segunda mitad del siglo XX. Fue director de estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, donde impartió clases durante toda su carrera, y profesor visitante en diversas universidades norteamericanas. Asociado a corrientes como el posestructuralismo y la filosofía posmoderna, acuñó el concepto de «deconstrucción». Es autor de una vasta obra, entre la que destacan De la gramatología, La diseminación, Espectros de Marx y Políticas de la amistad.
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Prefacio
El sí y el no
Jacques Derrida impartió el curso «Pensar es decir no» en la Sorbona en el año académico 1960-1961. Durante cuatro años, Derrida fue asistente de Filosofía general y Lógica junto a profesores como Georges Canguilhem, Suzanne Bachelard, Jean Wahl y Paul Ricœur. Como recuerda en un texto escrito en homenaje a este último y publicado en los Cahiers de L’Herne,1 se le había concedido entonces total autonomía respecto de los temas de sus cursos y de la organización de sus trabajos tutoriales. Esto cambiará en 1964, cuando ingrese en la École normale supérieure, donde cada año tendrá que seguir el programa de la agrégation en filosofía. A pesar de una considerable carga de trabajo, Derrida cuenta que estos años pasados en la Sorbona fueron los más felices de su carrera en la enseñanza superior.2 Los escritos redactados durante este período de enseñanza, inéditos hasta hoy, trataban de una gran variedad de temas. Fue en el marco de estas actividades cuando Derrida dedicó cuatro sesiones de docencia a la frase de Alain, la frase que da título al presente libro. Como no se indica ninguna fecha, es difícil saber en qué momento del año se llevó a cabo ese curso. A pesar de esta incertidumbre, un elemento material relaciona, no obstante, este curso con las circunstancias de su época. El manuscrito está escrito en papel que lleva el membrete «Faculté des lettres et sciences sociales. Histoire de la colonisation».3 Un recuerdo de que estos años fueron también los del movido contexto del país en que había nacido el filósofo, Argelia, que ganará su independencia el año siguiente, en 1962. El mismo membrete será utilizado por Derrida para redactar su introducción a El origen de la geometría, de Edmund Husserl, que traducirá y completará en julio de 1961. El texto de Pensar es decir no, un manuscrito de Derrida para las necesidades de un curso magistral, completamente inédito hasta el día de hoy, nunca tuvo la finalidad de ser publicado. Hoy, sin embargo, se convierte en el primer texto del corpus derrideano; el primer texto publicado por Derrida, «Fuerza y significación»,4 lleva la fecha de 1963. *** El sí y el no, dos «pequeñas palabras» fundamentales en el pensamiento derrideano, aparecen en primer plano en los escritos de Derrida de la década de 1960, años de pensamiento efervescente en Francia, durante los cuales el filósofo vuelve incesantemente sobre las diferencias de ese par de vocablos y las preguntas que plantea. La tensión entre estas dos palabras, si es que podemos llamarlas así, porque, como recuerda Derrida en otro lugar, puede que no sepamos todavía lo que estas pequeñas palabras quieran decir o cómo funcionan en el lenguaje,5 esta tensión, decíamos, aparte de ser un mecanismo fundamental de la deconstrucción, ofrece igualmente un punto de apoyo pedagógico y retórico importante para Derrida en los cursos de sus primeros años de enseñanza. Ya en 1959-1960, cuando enseñaba en el liceo Montesquieu de Le Mans, Derrida se interroga no sobre el decir no, sino sobre el decir nada, dejando de lado la cuestión de la negatividad. En 1961-1962, a través de otra pregunta de envergadura, «¿Qué es la apariencia?», Derrida apela a los mismos filósofos que había frecuentado en Pensar es decir no y se pregunta abiertamente acerca de otra forma de negatividad, la de la apariencia. Vuelve todavía al no en 1963-1964 en un curso magistral sobre Bergson y la idea de nada, así como en otro titulado «El origen de la refutación» en el que regresa a la negación y al origen de la nada en Sartre. Pero vuelve sobre la cuestión sobre todo en 1962-1963
con «¿Podemos decir sí a la finitud?», curso magistral de seis sesiones en el que Derrida corregía a sus alumnos por haberse dejado fascinar por el término «finitud» en sus disertaciones hasta el punto de haber ocultado su engaste en la cuestión del «sí», de la posibilidad de «decir sí», o no, a la finitud. La crítica al «decir», en cuanto acto de lenguaje, no se deja aparte en absoluto durante estos años. En 1961-1962, en un curso sobre «La intuición», Derrida dice del filósofo que «es tal vez aquel que ha escuchado un cierto imperativo de la palabra, esto es, el deber de decir para dar sentido y a la vez conformarse al sentido, y el de fundar por respeto al sentido el deber de la palabra en un derecho a la palabra».6 Al igual que muchos de sus seminarios posteriores, pero en contraste con un buen número de los cursos del mismo período cuyos únicos rastros son notas dispersas, Pensar es decir no fue escrito en su totalidad por Derrida antes de leerlo a los estudiantes. Las marcas de añadidos, cancelaciones y correcciones en un color de tinta diferente denotan también un proceso de relectura y revisión que Derrida mantendrá a todo lo largo de su carrera. Una práctica pedagógica que también vemos en los momentos de improvisación señalados con marcas didascálicas («Comentar pacientemente»). El presente texto tiene además la particularidad de haber sido entregado como la corrección a un ensayo de los estudiantes. Derrida escribe: «Demasiado a menudo, en vuestras disertaciones, el objeto posible de la negación os ha fascinado y habéis enumerado todo aquello a lo que la conciencia podría decir no».7 Finalmente, otra particularidad material de ese curso es que fue redactado enteramente a mano. La escritura de Derrida, por ser notoriamente difícil de descifrar, representa un desafío editorial importante. El proyecto que genera esta publicación comenzó sin ningún convencimiento de que ese texto pudiera un día ser descifrado en su totalidad respetando su integridad. Un proceso que ha durado varios años y que ha requerido muchas estrategias de descifrado diferentes, como el uso del software Scrabble, y que ha dado como resultado la creación de una base de datos que cuenta hoy con más de 1 500 palabras escritas a mano por Derrida. A pesar de los esfuerzos, todavía algunas palabras ilegibles aquí y allá se han resistido al escrutinio de pares de ojos aguerridos y atentos. Esos casos rebeldes, que en absoluto impiden la lectura y la comprensión del texto, se indican en el texto mediante