E-Book, Spanisch, 160 Seiten
Reihe: Concilium
Haker / Torres Queiruga / Wacker El retorno de la conciencia apocalíptica. Concilim 356
1. Auflage 2014
ISBN: 978-84-9073-032-4
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Concilium 356 - EPUB
E-Book, Spanisch, 160 Seiten
Reihe: Concilium
ISBN: 978-84-9073-032-4
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
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EDITORIAL
La idea de lo apocalíptico sugiere actualmente el «final de los tiempos», los horrores y la condensación del tiempo histórico, que no parece dejar apenas espacio a proyectos utópicos o signos de esperanza de un nuevo comienzo. La traducción literal del término apokalypsis como descubrimiento o revelación podría muy bien entenderse también como referencia a los cambios radicales que se esperan, tanto positivos como negativos. En otras palabras: si el retorno de la conciencia apocalíptica tiene rasgos especialmente negativos, entonces significa que hay una desorientación en los cambios profundos del comienzo del siglo XXI, que se configura sobre todo como miedo en el presente y temor con respecto al futuro. Al mismo tiempo, las catástrofes se experimentan tan profundamente, que las imágenes del «final de los tiempos» se convierten, por una parte, en la metáfora cultural de un presente sin futuro —un presente cuyas posibilidades de vida son más bien tomadas que concedidas, y que se sustraen a su elaboración mediante la acción humana—, y, por otra, en un signo de la denominada cultura posmoderna, que se apropia de todos los símbolos de la tradición de forma estética y lúdica, sin relacionarlos con convicciones éticas, políticas o religiosas. Casi nos vemos tentados a decir que cuanto más se goza con la apocalíptica estética, tanto más tranquilos se quedan aquellos que en realidad se exponen a las catástrofes de inspiración escatológica. ¿Es tan tranquilo para las víctimas de las guerras civiles, de la pobreza extrema, de las catástrofes producidas el clima, porque su sufrimiento es real y no es fácil de incorporarlo a la industria cultural como las simbolizaciones artísticas, culturales y científicas? ¿Lo es también para las 85 personas más ricas de la tierra, que han acumulado más riqueza que la mitad inferior de la población mundial o 3.500 millones de personas, como afirma Oxfam, porque esta proporción supera toda imaginación?1 ¿Cuál es el papel de la teología en el «retorno de la conciencia apocalíptica» que hemos diagnosticado? ¿Su tradición es una fuente de las imágenes que encaja con el espíritu de la época, o contiene la tradición judeocristiana también otras variantes que quizá están enterradas? ¿Remite el «final» de un mundo y de un tiempo al comienzo de un mundo nuevo y de un tiempo nuevo? ¿O constituye esta concepción solo una huida del presente que de lo contrario sería insoportable? En este número abordamos qué significa lo «apocalíptico» en la tradición bíblica, cómo esta tradición sigue viva o es reformulada de forma nueva en la teología cristiana contemporánea, y qué consecuencias surgen de ella. Hemos pedido además a los autores que analicen de forma concreta y explícita la apocalíptica desde su propia perspectiva religiosa y cultural. Esperamos hacer una pequeña contribución a una teología arraigada en un importante hilo de nuestra tradición; una teología que no es un fin en sí misma, sino parte de una inversión, que es hoy tan urgente como siempre, desde que surgieron las formas apocalípticas de pensar y de hablar. Jürgen Ebach parte en su contribución de la observación de un modo realmente contradictorio de la recepción de la «apocalíptica» en la historia cristiana y judía como también en la época moderna y secularizada: ¿cómo pudo convertirse el anuncio temporal apocalíptico y de la esperanza asociada a él, a saber, de «que esto no puede seguir así», en el tiempo de los imperios (cristianos)? A partir de un estudio detallado de las visiones del libro de Daniel, Ebach muestra cómo fueron pronto reinterpretadas como «hoja de ruta de la historia del mundo» que conduce hacia su final. Tras el viraje constantiniano pudo deducirse además, a partir de 2 Tes 2,1-8, la idea de un katechon, que impide la destrucción del mundo al estar vinculado al poder cristiano. De este modo, coexiste con la esperanza apocalíptica en el fin del tiempo la «prevención apocalíptica» y la instalación en este tiempo del mundo. En contraposición, en una frase que podría valer para muchas aportaciones recogidas en este número, Ebach resume su opción en los siguientes términos: «hay que avanzar, pero podemos seguir adelante si no seguimos igual». Así interpreta él la «conciencia apocalíptica» como una conciencia de la urgencia de los cambios, un alegato en contra del mantenimiento de un statu quo percibido como falso; una conciencia que tiene que apostar por una sensibilidad hacia el contexto y en modo alguno sentirse segura con respecto a los errores que siempre se cometen de nuevo en la actividad política diaria. Veronika Bachmann se centra en el campo de los antiguos escritos judíos no canónicos, que pertenecen a la literatura apocalíptica de la época helenística y romana. Selecciona tres textos (el «Libro de los Vigilantes», que constituye los primeros treinta y seis capítulos del libro etiópico de Henoc, la «Visión de los animales», que igualmente se encuentra en ese libro, y el cuarto libro de Esdras) en el que el recurso a un orden (bueno) de la creación, con respecto al que el presente correspondiente se caracteriza como una decadencia, desarrolla una función crucial. Es interesante, así lo muestra Bachmann con los textos del «Libro de los Vigilantes» y del «Apocalipsis de los animales», la perspectiva desde la que podrían provocarse aquellos auténticos cambios, pero no lo hace. Ellos dan más importancia a la justicia como condición de un mundo renovado. En la «Visión de los animales» se tematiza explícitamente la posibilidad de un cataclismo violento, mientras que la visión apocalíptica en el libro de Esdras se dirige contra la indiferencia y reclama una vida justa. Con la tematización del diagnóstico del presente, de la posibilidad o de la necesidad de resistencia así como la insistencia fundamental en la posibilidad de una convivencia justa, se trazan las perspectivas en las que puede seguirse actualmente la recepción de estos textos. Bachmann señala, sin embargo, también el malestar que hoy existe frente a una estructura del juicio ético excesivamente determinada, y critica la insistencia en «un» orden verdadero, que se presupone en los textos. Pero el conjunto global de las transformaciones no puede ser obra solamente de los seres humanos, sino que necesitan a Dios: tal es el fundamento del anhelo que se refleja en ellos. Xavier Alegre sitúa el libro del Apocalipsis del Nuevo Testamento, la Revelación de Juan, en el centro de sus reflexiones. Frente a las recepciones fundamentalistas, que se imaginan el final del mundo como una amenaza, pone de relieve otro mensaje del Apocalipsis joánico para el presente, que se fundamenta metodológicamente y hermenéuticamente en las líneas de la teología de la liberación y se vincula con la perspectiva de la «crítica del imperio». El libro, como la literatura apocalíptica en general, surgió en una situación histórica en la que la omnipotencia de un imperio mundial agrandó el abismo entre los poderosos y los débiles, entre los ricos y los pobres. El Apocalipsis de Juan ofrece en esta situación un análisis profético crítico, que desenmascara las falsas promesas del imperio, alienta a una resistencia clarividente y llama a una esperanza activa. Para las comunidades actuales, que se remiten al mensaje del Evangelio, el Apocalipsis de Juan constituye, por ello, un importante recurso para mantener la convicción de que «otro mundo es posible». En la segunda parte abordan los autores la recepción actual de lo apocalíptico desde la perspectiva de la teología sistemática. Inicia esta sección Colby Dickinson, que estudia las nuevas reflexiones que se realizan en la filosofía (continental) en el marco de su ocupación actual con los contenidos teológicos. Su provocadora pregunta suena así: ¿son los auténticos ateos quizá teólogos? Parte del concepto de revelación, que sobrevive en la filosofía con su forma secularizada (J. Taubes): «desvelado», como expresión de la paradoja de la existencia humana, que actualmente, por un lado, se encuentra bajo la designación de «hibridez» o «indecibilidad», describiendo, así, una ausencia de orientación, pero, por otro, lleva consigo el intento de la «desambiguación», en el sentido de sistemas de ordenamiento y estructuras de ordenamiento epistemológicas. El recurso al vocabulario apocalíptico significa, por tanto, según Dickinson, romper los códigos de ordenamiento binarios y planear nuevos modelos de convivencia, que puedan conceder un espacio más amplio a la heterología y la heterogeneidad que los ordenamientos binarios o dualistas. Este planteamiento es relevante para la teología en la medida en que tal pensamiento antinómico pone radicalmente en cuestión el discurso teológico, apelando explícitamente en concreto a una tradición teológica que como ninguna otra parece estar caracterizada por la contraposición entre el orden y el desorden, el bien y el mal, el presente y el futuro, etc. Dickinson remite para esta perspectiva teológica sobre todo a los trabajos realizados por John Caputo. Gregor Taxacher se dedica al estudio de lo que él denomina «la omnipotencia impotente» de las sociedades contemporáneas, que conduce a que, aun con todas las posibilidades de un mundo totalmente tecnificado e interconectado, el sentimiento dominante sea el de una aplastante complejidad. Este «monismo» también implica que las alternativas que excluyen el sentimiento de impotencia en la omnipotencia, que pueden observarse en todas partes, paralizan e impiden el cambio radical,...